viernes, 27 de diciembre de 2013

El mordisco de un vampiro puede convertiros en vampiros o vampiras...

Los tiempos sombríos que desde hace tiempo que vive nuestro país se pude oscurecer aún un poco más, sumados a las subidas de las tarifas energéticas, las subidas del agua, por no hablar del petróleo y sus consecuencias en la gasolina en una sociedad que se mueve a través de él.
Con nocturnidad y mucha alevosía mientras se nos está robando lo fundamental, se nos robaron servicios básicos sanitarios, -en el 2013 se hizo un recorte en el catálogo de medicamentos subvencionados por la Seguridad Social- se ha dejado bajo mínimos la ley de Dependencia, los recortes en la Educación son innombrables por largos e interminables, se nos pretende poner una mordaza de tal manera que se recorte varios de los Derechos Fundamentales que nos ampara la Constitución, por lo que si finalmente se aprueba la ley Mordaza del Ministro del Interior, seguro que el TC la tumbara en sentencia. Pero mientras ay mientras, poco a poco los mismos que nos roban derechos conquistado y salarios sociales del estado del bienestar como son la educación, el derecho a la protección de la salud, la cultura, así como los derechos fundamentales como el de manifestación y expresión todos ellos recogidos en la Constitución Española que nos guste o no hasta ahora es el marco legar que nos ampara a todo el Pueblo español.

Mientras tanto; Sin prisa pero sin pausa, como el "calabobos" -que diría Serrat en su tema “Los macarras de la moral”- ellos, los que nos dan clases de todo, de moral y de ética van depredado lo poco que nos queda,  cómo vampiros emocionales nos manipulan, nos cuentan que la ·externalización” en román paladino privatización es más rentable socialmente la semana pasada el Tribunal de Cuentes nos dijo que casi se multiplica por dos el gasto de los servicios públicos privatizados, pero mientras el estado se adelgaza y ellos engordan.
Es curioso como da igual que sean empresas privadas como entidades sociales gestionadas por las mismas personas que gestionan las empresas privadas, las misma que adelgazan no solo el estado sino las nóminas de trabajadores y trabajadoras de las entidades que pasan a gestionar vampirizando y depredando lo conseguido durante años. Mientras la sociedad mira hacia otro lado sin percibir que lo el precio es la vida, la vida en todos los sentidos, trabajar para pasar a ganar el Salario Mínimo Interprofesional, por ser un Centro Especial de Empleo y bajar nomina justo a la mitad, te condena a no poder tener una vida digna ocupando diez horas de tu jornada las horas de trabajo, más las horas del desplazamiento al lugar del empleo.
Resumiendo y centrando que se privatiza para dárselo a tus amigos o a las ong´s de tus amigos.
Lo último es la privatización del servicio de extracción de sangre del Servicio de Salud de la CAM pasando de ser los vampiros emocionales a través de sus filigranas verbales públicas a ser directamente quienes nos chupan la sangre, sangre que voluntariamente donamos las personas que vamos a los centros o unidades móviles del Centro de Transfusiones, hace años ya sabíamos cómo actuaba la Cruz Roja, con la comercialización nuestra sangre, pero la sociedad sigue siendo presa de los trileros de la política y las organizaciones pensando que la popularidad y el renombre de ellas, sin darse cuenta que la reputación también se puede comprar.

Esta sociedad que sigue sin hacerse preguntas, esta sociedad adormilada cuando este todo vacío no solo las arcas, la moral, los bancos de sangre, las entidades bancarias, cuando no podamos pagar la luz, cuando para ir al médico haya que ir con la tarjeta, no, no la sanitaria, la de crédito, entonces quizás recordemos las horas viendo los realitys de la tele y cuantas cosas importantes dejamos de lado que el precio era la vida.






domingo, 22 de diciembre de 2013



NUESTRA PREHISTORIA Y   ANTECESORAS

¿Cómo eran las mujeres de la Prehistoria? ¿Realmente ejercían ese papel subordinado y pasivo que solemos pensar?

En uno de los relatos de su libro "Espejos" (2008) el escritor uruguayo Eduardo Galeano, al volver de una visita suya a las cuevas de Altamira, declaró:

"Las vi tendido en una mesa de piedra, y mirando hacia el techo porque estaban pintadas en el techo de la caverna y entonces, me hice una pregunta, que es la pregunta que está aquí en el texto, que voy a leer ahora:
Me hice la pregunta y durante muchos años, estuve leyendo los libros que iban apareciendo sobre el tema y comprobé que la pregunta no era muy frecuente porque a nadie se le había ocurrido la posibilidad de que las pinturas prehistóricas fundadoras de la belleza en el mundo, fueran obra de las mujeres.
Y esto no tiene nada de raro, porque las mujeres han sido ninguneadas por la historia oficial y maltratadas por la historia real."

Todas hemos oído esa frase que reza “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”. Lo que viene a decir esta frase es que hombres y mujeres contamos con unas características intrínsecas que nos hacen diferentes entre nosotros. En esta frase subyace un argumento innatista, según el cual todas las mujeres -españolas, rusas, namibias, vietnamitas o cherokees- somos y pensamos prácticamente igual, del mismo modo que los hombres. Desde los albores de la humanidad, hombres y mujeres hicieron un reparto de tareas y, en función de las mismas, nuestros cerebros se fueron desarrollando de un modo diferente.

Para apoyar esta aproximación a las diferencias entre sexos, muchas obras recurren a teorías biologicistas que, como podréis adivinar, justifican que los hombres realicen trabajos físicos rudos o considerados más peligrosos, y las mujeres labores de cuidado y crianza. Yo siempre he sido más de teorías ambientalistas (lo que determina en mayor medida el desarrollo del ser humano son los estímulos que recibe del exterior y el contexto en el que vive), pero debo admitir que alguna vez me he dejado engatusar por estos argumentos. Es más fácil pensar que los hombres son así porque tienen un pene entre las piernas, o que las mujeres somos asá porque tenemos útero o vagina. Es simple, no tiene vuelta de hoja y, además, nos quita toda responsabilidad en la educación y desarrollo de nuestras/os hijas/os. Total, si todo está predeterminado… Pero me temo que todo este lío tiene una explicación bastante más compleja.

“No existe un mandato biológico o evolutivo que haga que a sólo a las mujeres les importen los bebés y muestren más emociones, o que los hombres sean mejores en la economía y la política y prefieran las cervezas (…). Es la fuerza de los mitos sociales sobre los sexos.”
Agustín Fuentes, antropólogo.

Pensando en todo esto, me surgió la necesidad de saber algo más sobre el origen de nuestra especie.¿Realmente es cierto que las mujeres de la Prehistoria se dedicaban en exclusiva a recolectar y a la crianza de la prole? ¿Es cierto que sólo los hombres iban a cazar y que esa es la explicación de que supuestamente tengan más desarrollada la inteligencia espacial o psicomotriz? Si éste era el argumento que justificaba que las mujeres estemos donde estamos, quería saber si era cierto.

Pues bien, resulta que ese cuento de mujeres alborozadas recibiendo a hombres que vuelven a la cueva con un bisonte a rastras no tiene por qué ser cierto.

Existen varias manifestaciones plásticas en lugares distintos que confirman que las mujeres cazaban en la Prehistoria; algunos ejemplos son las pinturas de “escenas de caza” prehistóricas: cazadoras capsienses de África del sur de Damaraland y de Bramberg pintadas hace más de 6.000 años, o las de la costa levantina española, datadas alrededor del año 5000 a.d.C.


Por otra parte, las evidencias muestran que el pueblo Neanderthal sílo contaba con armas muy primitivas, lo que sugiere que tenían que unificar fuerzas para matar animales grandes. Y las numerosas fracturas encontradas en esqueletos de mujeres neanderthales indican que ambos sexos podrían haber participado en labores peligrosas (Steve Kuhn, antropólogo).

Para aclararnos: en la Prehistoria, las cosas ya estaban lo suficientemente difíciles como para relegar a la mitad de la población a quedarse “en casa”. De cualquier modo, Lichardus (1987) afirma que se alimentaban de forma muy variada, y que la carne no pudo desempeñar el papel que a veces se le atribuye. Según Nathan (1987), no constituía más que una tercera parte del total del consumo de calorías.

Pero lo que más me ha gustado encontrar es la teoría de Francisca Martin-Cano Abreu (2001), según la cual tanto en las familias paleolíticas como en las neolíticas la mujer gozaba de un gran poder social y económico, dado que era la que aportaba los dos tercios de las calorías necesarias para la supervivencia del grupo. Tenía autonomía para moverse e ir a cazar o recolectar, y su doble aportación económica y reproductiva le permitía tener poder político y religioso.

Según la arqueóloga española Margarita Sánchez Romero, “los estudios etnográficos sobre sociedades actuales demuestran que lo extraño es encontrar una actividad que sólo acometan hombres o mujeres. El reparto de trabajo es una construcción social y, por tanto, cada sociedad la gestiona como mejor entiende. En las sociedades de la prehistoria no tenemos datos que nos lleven a pensar que las mujeres no cazaban o que no intervinieron en determinadas producciones, como la de piedra tallada o la metalurgia. Además, muchas imágenes del pasado las muestran plenamente integradas en cuestiones rituales y religiosas. Por otra parte, los ajuares funerarios que encontramos en las sepulturas enfatizan más las diferencias en estatus social y en la realización de determinados trabajos, que en la existencia de desigualdades entre mujeres y hombres.”

Parece que las mujeres no eran simples objetos sumisos propiedad de los hombres, ni tampoco eran esclavas inútiles que dependían de la comida que los hombres proveían. Los hombres dependían de las mujeres tanto como las mujeres dependían de ellos.

Dicho todo esto, hay que recordar que todos estos estudios nunca son concluyentes. La esencia misma de la Prehistoria (sin documentos escritos y tan, tan lejana en el tiempo) provoca que el método científico sólo obtenga conjeturas y supuestos en términos de probabilidad.

Pero para mí ha sido muy importante descubrir que hay otras versiones de la historia. Que esos pueblos que nos precedieron quizás no fueran tan “salvajes” como solemos pensar.

LA PEREZA MENTAL

  
La pereza mental, como proclamó Julio Anguita en unas declaraciones al periódico Publico , con motivo de su libro sobre ese pacto maldito de Maastrich, es un aspecto del ser humano, siempre complejo. La pereza mental nos distingue a los españoles más que a otros complejos seres humanos de diferentes zonas de la Tierra.
  Tenemos un equipo de gobierno en España impuesto. Ya sabemos cuales son sus medidas claras impuestas. Sabemos quiénes son los ministros, de donde provienen, las empresas que presiden y una vuelta a la España de los cincuenta. Quienes les hayan votado, es decir, porque yo no voté a Lehman Brothers, ni a Goldman Sachs, ni voté a la prohibición del aborto, ni a la prohibición del matrimonio entre homosexuales, ni la privatización de enseñanza y sanidad, ni a que se carguen las casas de acogida para mujeres y niños maltratados, ni a que cierren bibliotecas de mujeres, creadas con mimo y por las reivindicaciones de mujeres, raca y raca, en los años 70. Ni tampoco opino que a la agricultura hay que tratarla como a una mujer...ya empezamos con esos caballeros españoles que nos compararán con la guitarra, mi jaca, Bertín Osborne y toda esa panda a las que los matices o la palabra cultura les pone como a vampiros cuando se les exhibe la cruz de ajos para su exterminio.
 Pues ya tenemos un ministro de Defensa que advierte que las fuerzas de seguridad garantizarán la paz social en nuestras calles. Una advertencia cargada de armas, sí, señor.

  Se venía advirtiendo. Y por gente muy seria. Pero la pereza mental es el peor enemigo. Además, como me han dicho a mí en mi barrio: "No pasa nada, mujer, si aquí siempre se ha vivido del trapicheo"...pues eso.